Noche rota, te has despertado dos o tres veces, ves algo de
luz en el dormitorio y amanece un nuevo día, te aseas, desayunas y sales a la
calle con el propósito de vencer otra jornada de duros imprevistos. Te suena el
móvil y no reconoces el número. La reflexión es inmediata, “a ver quién me llama ahora para reclamarme
dinero”. Acertaste, es la empleada pesada de la financiera del Banco Telomamotodo que te pregunta que cuándo vas a regularizar el recibo
impagado del mes pasado.
Tras pagar el primer café, previa comprobación de que las monedas
sueltas que llevas bailando por el bolsillo suman en total un euro con treinta
céntimos, un pensamiento pone titular a la primera noticia del día que acabas
de generar “No me queda dinero para el
cortadito de por la tarde”. Y ya, intentas sobreponerte, y empiezas el repetitivo escrutinio digital diario: mirar correo electrónico, entrar en Facebook,
comprobar Linkedin, echar un vistazo rápido a Twitter y, de repente, la paz
mental y el control psicológico que tratabas de mantener hasta la noche se va a
hacer puñetas y tu válvula de escape salta por los aires dejando salir eso de “es que no me llama ni Dios, ¡coño!”.
Te vas a comer, cabizbajo, con pocas ilusiones laborales para
el tramo vespertino que te resta por soportar. Pero, por fin, llega tu happy hour, un espacio de tiempo en el
que te comes los problemas tú solo, sin necesidad de que te llamen los acreedores,
es ese momento que empieza aproximadamente a las ocho de la tarde y que dura hasta
el primer sobresalto nocturno.
“Joder, mañana me vence
otro recibo de la tarjeta de crédito ‘TranqueCard’ y me lo van a devolver”,
piensas, y comienzas a cabecear adormilado mientras de fondo escuchas en Tele 5... que una novia antigua que tuvo el chico desempleado y sin estudios que ha dejado embarazada a la hija adoptada de la
cuñada del torero que está en la cárcel por homicidio involuntario y que trabajaba como dependienta en una
tienda de una prima de la cantante folclórica que se lió con el exedil delincuente del ayuntamiento de
Marbella, acaba de ganar no sé cuántos miles de euros por contar que el
presunto preñador mantenía con ella una doble relación sentimental mientras ponía
a parir a la desamparada joven encinta.
Mañana, quién sabe, puede ser ese día esperado. No te
desanimes. Ni yo.
Como dice el himno del C. D. Tenerife... "Adelante, sin temor, a la meta final" |
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