(Al político ausente)
¡Qué vergüenza!, otra vez la misma
dejación cultural por parte de las instituciones públicas de Canarias. Hace tres
años, en los Cines Yelmo de Santa Cruz de Tenerife, se presentaba el estreno
de la película “Amania”, dirigida por
el canario Óscar Martínez. Allí, esa noche, no había ni un solo representante político
del ámbito cultural, ni institucional, de ninguna Administración
Pública.
Anoche, a última hora, se repetía
la misma lamentable escena en tres salas de los Multicines Tenerife de La Laguna. Se ha estrenado “Melania. Paciente Cero”, del mismo director
tinerfeño. De nuevo, ni la más mínima presencia de algún concejal, consejero, director general, ni siquiera de algún ‘vicecualquiercargo’. Nada, ni de ayuntamientos, ni de cabildos, ni
de Gobierno de Canarias.
En el cine, se respiraba un agradable
e intenso aroma a canariedad, juventud, veteranía, vocación, esfuerzo, talento,
ilusión y tesón. Y usted, político ausente, no estaba. Ni se le esperaba.
De nuevo, se ha juntado un grupo
de mujeres y hombres –de manera absolutamente desinteresada, desde el punto de
vista económico- para engrandecer la industria audiovisual y cinematográfica de
Canarias y, usted, político ausente, no ha estado a la altura. Que usted no haya
sido capaz de ayudar financieramente esta producción, aunque fuera mínimamente,
ya es preocupante. Pero que ni usted, ni ninguno de sus compañeros gobernantes
haya hecho acto de presencia para agradecer pública e institucionalmente al
director de la película –y a todo su equipo- la labor tan sublime de producir
cine canario e involucrar a niños, técnicos, iluminadores, realizadores, operadores
de cámara, vestuario, actores, fotógrafos, maquilladores, informáticos, especialistas,
aficionados, productoras audiovisuales y un largo etcétera de ciudadanos y profesionales,
eso, a usted, debe darle vergüenza.
Hacer una película, como “Melania. Paciente Cero”, requiere muchísimo
tiempo y un esfuerzo muy especial. Y contra su desidia y su mediocridad
política, y la de los gobernantes como usted, se encuentra la lección de dignidad
y de entrega incondicional de nuestros hombres y mujeres, amantes del cine, empresarios
que apuestan por la industria audiovisual, profesionales de altísimo nivel que se
merecen el interminable aplauso que, al unísono, les brindó el público que llenaba
las tres salas del estreno. Y usted, político ausente, no aplaudió.
Usted, político ausente, no tiene excusa. Una tras otra, ya no tiene excusa. No lo vuelva a hacer. La próxima vez, dé la cara.
¡Enhorabuena! |
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