MESTIZAJE DE ARTE: DE MADRID AL ALBA, DE CANARIAS AL CIELO


De izquierda a derecha: Olga Mendes, María Pino Fuentes,
Naira Hernández, Samuel Trujillo, Chema Muñoz y Sergio Martín
Anoche, en la intimista Sala de Cámara del Auditorio Adán Martín (Santa Cruz de Tenerife), se disfrutó de una mezcla muy especial de poesía, música y danza, en el concierto “Poesía hecha canción” que ofreció el cantautor Chema Muñoz. Las letras de sus canciones, en ocasiones críticas y siempre excitadoras de sentimientos, y su sincera conexión con el público, inundó el espacio de elegancia y reflexión. En la segunda mitad, se rindió homenaje al compositor y guitarrista Paco de Lucía. La Sala sintió la huella de su recuerdo, la pasión y el arte en cada suspiro de la voz rota y emocionada de Chema Muñoz, acompañada magistralmente del llanto musical y del sentimiento más profundo que salía de la guitarra del virtuoso Martín Marichal, clavando el flamenco, con sus afiladas notas, en los corazones de los que allí estábamos.

Los asistentes, vibraron con las tesituras graves que Sergio Martín conseguía al pellizcar con sus dedos las cuerdas del contrabajo. La armonía de la guitarra rítmica de Samuel Trujillo, permitió que la voz del solista estuviera siempre acompañada por un pulso musical perfecto. La nobleza artística de la bailaora Naira Hernández, demostró que es perfectamente compatible la expresión más culta de la danza con el sabor popular del folclore más estilizado.

Izquierda, el contrabajista Sergio Martín. Centro, el cantautor
Chema Muñoz. Derecha, guitarra rítmica Samuel Trujillo
Cuando un grupo de artistas abre su alma en canal y se entrega al público a cambio de tan solo un aplauso, no cabe evaluar la técnica, no procede analizar la calidad del sonido o la de los efectos especiales. Anoche, el arte se nos brindó gratis. Ni siquiera algunos minutos de aplausos de todo el público en pie, pueden pagar tal maestría, tanta cesión de belleza, tanto lujo musical. Dos horas de intercambio racial, de vocación pura y de mucha casta.

A Paco de Lucía, sincero y transparente en las entrevistas que concedía, le pidieron en una ocasión que definiera lo que para él suponía la guitarra, y respondió: “Una hija de la gran puta. Me come el coco”. 

Permítanme que copie esa expresión de sinceridad del Maestro y le diga respetuosamente a Chema Muñoz: “Amigo, eres un hijo de la gran puta. Me encanta tu complicidad artística”.

La bailaora Naira Hernández, el cantautor Chema Muñoz y, a la guitarra flamenca, el virtuoso Martín Marichal

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