SIGUE PREPARÁNDOTE, CUALIFÍCATE MÁS. ¡NUNCA ES TARDE!

ARTÍCULO VÁLIDO PARA LECTORES DE EDADES COMPRENDIDAS ENTRE 2 Y 99 AÑOS

En ocasiones, son diversas las excusas que nosotros mismos nos ponemos para eludir enfrentarnos a nuevos retos que potencien nuestra ya aparentemente sólida formación, o bien que nos hagan llegar a alcanzar un mínimo exigible de conocimientos y habilidades. Unas veces utilizamos la traicionera coartada de que “tuvimos que empezar a trabajar de jovencitos y, por eso, dejamos los estudios”; otras porque “ya, a mi edad, para qué voy a estudiar”. Afirmaciones como estas son las que dirige a nuestra conciencia el despreciable “yo vago” que todos llevamos dentro, ese que nos dice “no hagas nada, para qué”, o aquello de “no pierdas el tiempo, si no va a servirte de nada” o incluso “olvídate de estudiar, tú ya no puedes, eres mayor”. Tentaciones que no debemos permitir que marquen el rumbo de nuestros actos ni de nuestros legítimos intereses personales.

Nunca es tarde para conseguir un mayor bagaje cultural, para potenciar nuestras destrezas personales o para satisfacer al máximo las inquietudes intelectuales de nuestra vocación

La vida de un ser humano no debe estar fragmentada en ciclos formativos temporales que anulen las capacidades intelectuales futuras, ni apoyada en ideas que impidan el ajuste de desequilibrios de juventud o que, ya en la madurez, trunquen la capacidad de perfeccionamiento profesional. Todo lo contrario. Es, precisamente con la veteranía, cuando más podemos disfrutar de la ampliación de conocimientos, cuando de manera voluntaria seleccionamos qué materias y disciplinas satisfacen nuestros objetivos vocacionales personales.

Si, por la causa que fuere, abandonaste los estudios a una edad demasiado temprana, no te preocupes, ahora es el momento de reiniciarlos y de seguir preparándote, sin límite de tiempo, sin restricciones colegiales, sin temores al suspenso, sin falsificar las notas, sin miedo al fracaso. Y si, por uno u otro motivo, te has quedado con las ganas de aprender otras materias educativas porque las que tú estudiaste no te han realizado como persona ni como profesional, ahora es el momento de acometer ese ciclo formativo, ese curso de especialización, ese grado universitario o ese máster que tanto te atrae.

“HAY QUE ESTUDIAR MUCHO PARA SABER POCO” (Montesquieu)

Yo, hace treinta años, tras concluir mis estudios de bachiller (y superar la correspondiente prueba de selectividad), empecé a cursar en la universidad Ingeniería Industrial, y a los dos años lo dejé. Años más tarde, comencé con Filología Hispánica, y tampoco la acabé. Tuvo que ser con más de cuarenta años de edad cuando, por fin, tuve la lucidez de empezar, disfrutar y terminar la carrera universitaria con la que siempre había soñado, Periodismo, complementada más tarde con un Máster Oficial de Posgrado Universitario en Comunicación Digital. Y esa decisión, les garantizo, ha sido una de las más acertadas de mi vida y una de las que más me enorgullezco de haber tomado. Y, aún hoy, sigo estudiando e investigando, es decir, disfrutando. Y saboreo a tope todas las cosas bellas que el periodismo, la locución, la oratoria y la comunicación me ofrecen cada día.

Todos tenemos, al menos, una vocación, y pocas cosas son tan gratificantes como trabajar en lo que te apasiona. No seamos enemigos de nosotros mismos. Nunca es tarde para empezar, ni para continuar, ni para triunfar. ¡Adelante!, da ese paso con el que tantas veces has soñado. Es alcanzable y... ¡TÚ PUEDES!

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