RON FESTIVAL 2014, LA PERFECTA SENCILLEZ

Es la otoñal tarde del lunes 24 de noviembre, entro al Hotel Westin Palace de Madrid (o sea, al lujoso y selecto Hotel Palace de toda la vida), de reojo miro hacia el Parlamento de la Carrera de San Jerónimo y la cara se me torna arrugada por ese tufillo a corrupción que se cuela entre las patas de los leones que flanquean la puerta de la entrada principal y que invade maloliente todo el país protagonizando, a diario, el titular de cualquier medio de comunicación desde hace ya más tiempo del recomendable. Raudo, desconecto de la política basura para concentrarme en disfrutar de la sabrosa pulpa de la fiesta del ron, la de la séptima edición del Ron Festival 2014 que se está celebrando en varios salones del hotel. Decenas de destilerías, clases magistrales de coctelería, combinaciones gastronómicas imposibles, contactos empresariales, comercio, negocio, gente guapa, elegante, singular y, sobre todo, con ganas de percibir la fuerza del ron y de las mil y una sorpresas que, desde que entras, el Festival te ofrece.

Pero el acontecimiento no se queda ahí, trasciende y obliga a reflexionar acerca de la "perfecta sencillez" con la que todo se va desarrollando. Y no es fácil alcanzar tan alta cota de calidad de servicio y de establecimiento de sinergias comerciales si no hay detrás un equipo de exhaustivos profesionales enlazando con precisión cada uno de los eslabones que activan el evento. Esa responsabilidad recae en Drinks Spain, la empresa responsable de la coordinación, la comunicación, la producción y el perfecto ensamblaje de todos los elementos necesarios para, una vez más, facilitar a cientos de personas que sus objetivos comerciales, promocionales y publicitarios superen, incluso, las más optimistas previsiones.
Drinks Spain tiene que estar muy satisfecha de haber conseguido que todos los participantes en el Festival hayan quedado impresionados tan favorablemente: agencias, medios, expositores, clientes, invitados, consumidores y equipo humano de producción. Pero hay un visitante que supera notablemente esa satisfacción y que ha quedado desbordado del orgullo de recibir incontables comentarios halagando la labor profesional de su hija, de Laura Herrador Galarza, pendiente de cada acción, facilitando cualquier iniciativa empresarial, canalizando las demandas de clientes y medios de comunicación, potenciando la calidad del acto y elevando a nivel de perfecta sencillez y cercanía un estilo de trabajo que esconde un alto conocimiento y una capacidad de gestión solo reservada a la buena gente, a los que aman su trabajo, a los que cuidan su vocación de servicio y gratitud hacia los demás. Ese visitante soy yo.

Laura, hija mía, aunque tus compañeros, amigos y clientes no me lo hubieran confirmado, al verte disfrutar de tu trabajo, dignificando aún más tu profesionalidad, sabría de tu inmensa valía. 
Felicito a tu equipo, felicito a tus jefes por tener la sensibilidad e intuición de incorporarte a su proyecto, felicito a tus compañeros por aunar fuerzas en pos de un resultado empresarial favorable y positivo, y te doy mi más profunda y sincera enhorabuena por tu bella calidad humana. Te quiero.

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