(Carta de una incondicional admiradora a un brillante empresario y gran persona)

AL ABUELO FORNÉS...

Sí, Abuelo Fornés, porque también eres mi abuelo. Porque soy una nieta más de los ciento y pico nietos profesionales que también nos apellidamos Fornés. Que me corrijan mis compañeros si me equivoco.

Esto no es un homenaje. Es un agradecimiento. Porque hay que darte las gracias de que en el año ‘52 rodaras el primer kilómetro con tu camión y que, millones de kilómetros después, aquel primer kilómetro siga siendo un referente.

Un referente de constancia, de amor al transporte y de profesionalidad. Y por qué no, un referente como persona. Porque sería imposible, si no, que 63 años más tarde, alguien que se ha incorporado a tu faena tantos años después, sienta tu marcha a nivel profesional como si hubiera trabajado contigo, mano a mano, desde tu primera entrega.

Tuve el HONOR -en mayúsculas- de conocerte personalmente. ¡El Abuelo Fornés! Ese abuelo que ha salido siempre en las conversaciones. Ese abuelo por el que todos preguntábamos a su hijo Miguel. Ese abuelo del que sus nietos (los de sangre) no paraban de comentar la genialidad de su día a día. Cómo leía el periódico, cómo preguntaba el número de maletas que llegaban en cada crucero, cuántos contenedores...

¡Abuelo!, gracias por formar esta familia, de apellido Fornés, que has creado. Gracias por haber sabido transmitir a dos generaciones (y seguro que habrá una  tercera), esas ganas de lucha en el día a día, de la que nos has contagiado.

Que sepas, Abuelo Fornés, que has dejado un hueco muy grande en cada albarán que documentamos. Que sepas, Abuelo, que en cada paquete que movemos está, y seguirá estando siempre, tu apellido, Fornés.

Y sobre todo, Abuelo, que sepas que tu hijo Miguel, tus nietas y nietos políticos, no solo han heredado tu apellido, Fornés, sino también tu espíritu. Que sepas, Abuelo Fornés, que lo están haciendo tan bien como tú les enseñaste. Y que además, Abuelo, tus ciento y pico nietos Fornés, lo vamos a seguir haciendo, porque a través de tus sucesores, también nos has enseñado.

¡Muchas gracias..., ABUELO  FORNÉS!



Comentarios