UN INVENTO CANARIO PERMITE A LA PLAYA DE LAS TERESITAS, EN TENERIFE, SER LA MÁS PREMIADA DE TODA EUROPA
Seis han sido los galardones
recibidos a la excelencia medioambiental e impacto ecológico. Por primera vez
se conceden tres banderas azules ribeteadas en oro, más los tres prestigiosos premios
internacionales Zuun Europe, American Munn y Star Guord Planet.
El inventor del avanzado método de recogida, almacenaje y
reciclado de residuos sólidos utilizado experimentalmente en Las Teresitas, así
como las instituciones públicas premiadas, recibirán varios homenajes en las
Islas Canarias a los que asistirán numerosas personalidades del mundo de la política,
la ciencia, la cultura y el medioambiente europeo. El denodado esfuerzo que en los últimos años han realizado las
administraciones locales, insulares y autonómicas de Canarias, apoyadas por la
totalidad de las fuerzas políticas del Archipiélago en potenciar conjuntamente la
I+D+i urbanística en la búsqueda de
alcanzar la máxima protección de la playa del barrio pesquero de San Andrés, en
la isla de Tenerife, permite recoger ahora los merecidos frutos por la reciente
distinción de los galardones internacionales más prestigiosos que se conceden
en los ámbitos de la investigación turística y de la protección medioambiental.
El inventor del sofisticado sistema, cuya identidad no será
revelada hasta la entrega de los premios, dirige desde hace varios años
–subvencionado por las instituciones públicas canarias- el proyecto de
investigación de residuos sólidos denominado genéricamente “Hediond”, del que ya han sido fabricadas
las dos primeras unidades de almacenaje que se encuentran posicionadas en un
lateral de la playa y que han sido bautizadas con los nombres de “Basur-1” y “Basur-2”. Aunque su tecnología interior es todavía un secreto muy bien
guardado, en las imágenes captadas ayer puede intuirse alguna característica
muy especial. Destaca que su estructura principal está formada por la unión de
cinco planchas de hierro de baja calidad para provocar que aparezca óxido en su
superficie lo antes posible y, de esa forma, el recipiente se mimetice con el
color ferroso de las montañas volcánicas que rodean los mecanismos, pasando a
ser prácticamente inadvertido. Su colocación de semienterramiento en la base arenosa
escarbada en el arcén de la carretera, obedece a un principio ergonómico de
adaptación al usuario, permitiendo así que cualquier persona, sea cual sea su
estatura, pueda depositar sus bolsas, basuras, desechos orgánicos, etc., con un
leve estiramiento de brazo, sin precisar de escaleras de acceso o elevadores especiales.
Una de las novedades de esta tecnología es que los desechos y
basuras quedan expuestos al aire libre, permitiendo que los rayos solares y las
altas temperaturas que se alcanzan en esta zona –más de 30º C durante muchos meses
al año- puedan acelerar y potenciar los efectos de putrefacción y descomposición
orgánica, favoreciendo así que numerosas especies endémicas de insectos, roedores
y animales en peligro de extinción como moscas, mosquitos, gusanos, cucarachas,
escarabajos, ratas, ratones, gatos, perros, aves, etc., accedan fácilmente a
alimentarse entre los restos depositados, garantizando prácticamente su
subsistencia.
Respecto a los nauseabundos olores y las posibles emisiones
de gas metano en el proceso de descomposición orgánica, el fabricante asegura
que si se tira la basura con una mano, mientras que con la otra se ejerce un
ligera presión que obture ambas fosas nasales simultáneamente y la boca esté
cerrada apretando levemente los labios, el riesgo para la salud es mínimo y solo
habría algún problema respiratorio en el hipotético caso de permanecer junto al
depósito más de diez minutos sin taparse la nariz y con la boca abierta, por lo
que casos de desmayo o contaminación aguda por inhalación están descartados. Al parecer, otra innovadora razón técnica por la que no
existen tapas o cierres superiores es para que los días de mucha lluvia o
temporal de viento, desde que se vaya llenando de agua el contenedor, la
presión del líquido interior no reviente las paredes y, liberando espacio y
carga por la parte abierta, el agua pueda salirse junto a las basuras, plásticos,
bolsas y restos que flotan para que, al caer a la calzada, comiencen a desplazarse
con la corriente pluvial bajante por la carretera hacia otras zonas y, así,
vuelva a quedar espacio libre para nuevos usuarios con más basura.
Pero, quizá sea su revolucionario efecto cromático el que ha
provocado la decisión definitiva de no cerrar el sistema de almacenaje. Los
desechos, cristales, plásticos, papeles, bolsas, latas, restos de comidas, etc.,
al recibir directamente los rayos solares configuran un collage de infinitos destellos que generan heterogéneos reflejos de
bellísimos colores proyectados en todas direcciones, esculpiendo en el aire
imposibles figuras tridimensionales de una riqueza visual inigualable. Fuentes
oficiales han calificado el invento de “maravilla tecnológica”, y han confirmado
que el uso de esta nueva tecnología medioambiental será completamente gratuito,
tanto para residentes canarios como para visitantes nacionales y extranjeros. Subrayan,
finalmente, que ya han recibido numerosos pedidos procedentes de varias ciudades
costeras peninsulares y europeas.
Grande artículo...vergüenza tendría que darle al alcalde de permitir estocon el dinero del contribuyente...pónganlo en la puerta de su casa a ver si esta tecnología le gusta al edil...
ResponderEliminarGracias por leerme. Un abrazo,
EliminarManuel Herrador
Muy bien artículo y un zasca para el ayuntamiento de S Cruz.
EliminarMuchas gracias Armando. Un abrazo.
EliminarJajajaja muy bueno, felicidades por el articulo
ResponderEliminarGracias por leerme, Esteban.
EliminarUn cordial saludo,
Manuel Herrador
Con menos banderitas y un poco más de empeño en EDUCACIÓN CÍVICA (para no tirar basura en la arena) ya nos conformaríamos MUCHOSSSSS!
ResponderEliminarGracias por leerme y por tus comentarios.
EliminarUn cordial saludo,
Manuel Herrador
Excelente artículo. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias Eustaquio, por leerme. Un cordial saludo,
EliminarManuel Herrador