CONTENEDORES VERDES SITUADOS EN NUESTRAS CALLES QUE, COLOCADOS ESTRATÉGICAMENTE, PERMITEN QUE LOS USUARIOS QUE VAN A RECICLAR VIDRIO DISFRUTEN DE APASIONANTES AVENTURAS Y DE EXCITANTES RIESGOS SIN COSTO ADICIONAL ALGUNO.
La mayoría de los depósitos de reciclaje
de vidrio están colocados en nuestras calles de forma estudiada para que sea imposible
acceder de forma sencilla a uno de los dos orificios abiertos en su parte superior,
a través de los cuales introducimos los tarros, las botellas o los frascos que
ya no vamos a utilizar. Podría parecer, a simple vista, que se trata de una de
esas acciones humanas que nos acerca a nuestros más primitivos y elementales antepasados
irracionales.
Los encargados de activar las diferentes
pruebas de acceso a los contenedores son las empresas concesionarias de los servicios
de limpieza y reciclaje de nuestras ciudades y pueblos, que tienen la orden
municipal expresa de que los ciudadanos vivamos la emoción de poder ser destrozados
por el impacto frontal de un camión a toda velocidad, de que sintamos el emocionante
vértigo que producen las alturas al escalar por paredes verticales con la posibilidad
de despeñarnos si caemos al vacío o, incluso, tener que vencer el reto de traspasar
muros y paredes para acceder a los escondidos orificios de entrada de vidrio.
Estas empresas se han esforzado para
que las propuestas aventureras estén dividas en varias modalidades de colocación
de los contenedores y podamos participar en cualquiera de sus tres pruebas físicas
previstas al tratar de acceder a uno de los huecos de entrada de vidrio. La clasificación,
según su posición en las aceras públicas y su nivel de peligrosidad, es la siguiente:
- Modelo “Violento” - Modelo “Butrón” - Modelo “Rappel”
DEPOSITAR VIDRIO POR ESTE LADO ES APASIONANTE |
El “Violento” es el más
socorrido de todos, el más económico –ya que no exige equipamiento especial- y
el que con más frecuencia hallamos en nuestras ciudades. Se trata de posicionar
el contenedor de tal manera que si accedemos al agujero que se encuentra alejado
de la acera, y que está colocado directamente sobre la calzada, tengamos apasionantes
posibilidades de ser atropellados fácilmente por cualquier camión de reparto que
no espera nuestra sorpresiva presencia al cruzarnos en su camino pertrechados con
una bolsa de plástico de Mercadona o Carrefour en cada mano, llena de botellines
vacíos de cerveza, ron y güisqui, y ataviados con el pantalón corto de por las
noches y con las zapatillas de andar por casa (Mod. 1).
El “Butrón” exige más
sofisticación y está reservado a profesionales de la construcción y expertos
del allanamiento de morada. El reto a
conseguir es penetrar en el inmueble
cuya pared linda con la cara oculta del
contenedor, para una vez en su interior practicar un agujero que la atraviese y
llegar a orificio oculto en el que depositaremos los vidrios. Esta modalidad
obliga a una pequeña inversión en herramientas, taladro a pilas, algunas bolsas
de escombro y poco más (Mod. 2).
PEGADO CONTRA UNA PARED |
La tercera prueba de acceso de alto riesgo al agujero oculto es la llamada “Rappel”, consistente en colocar el contenedor
con uno de sus orificios de depósito orientado a un desnivel inaccesible desde
la acera y que obligue a este a colgarse con los elementos
habituales de la práctica de alpinismo o escalada libre, arnés, cintas exprés, mosquetón de seguridad,
cuerdas y zapatos especiales. Esta modalidad para tirar las botellas de cristal
vacías está ideada para usuarios más o menos ágiles de poder adquisitivo alto (Mod. 3).
CON UN AGUJERO HACIA EL DESNIVEL |
El presidente de ASUNA (Asociación de Usuarios No Atletas) ha declarado
que, dadas las características antideportivas y las limitaciones físicas de los
miembros de su asociación, se está investigando y realizando numerosas pruebas
para ver si existe alguna posibilidad de provocar un giro de noventa grados al
colocar el contenedor verde sobre el pavimento y comprobar si los dos agujeros
quedan habilitados de tal manera que se pueda acceder desde la acera sin riesgo
alguno para la vida de los usuarios colaboradores del reciclaje. Añaden que, si
consiguen girar el contenedor, publicarán la técnica de ejecución en todas las
revistas científicas del país para que el resto de ayuntamientos se beneficien
de los resultados obtenidos.
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